miércoles, 1 de julio de 2009

AHI VIENE LA PLAGA




Las pestes abundan.


Invaden nuestro cuerpo, a traves del contacto más mínimo.


Nos abrazamos y nos besamos con temor , ya casi ni lo hacemos,


y nuestra intimidad es puesta en duda por miles de razones profilácticas.


Tal vez nos han ido transformando sin darnos cuenta en un gigantesco laboratorio de pruebas.


Tal vez estos nuevos virus fueron diseñados para testear nuestra capacidad de aguante.


Se muere gente, esto no es joda.


Es como esas películas en donde alguien tiene el antídoto, y espera hasta el límite, observando los acontecimientos, con la frialdad de los análisis, pervirtiendo los resultados.


El mundo que viene no es un mundo nuclear, es un mundo bacteriólogico.


Cualquier imbécil con un tubito de ensayo a la orilla de un río se transforma en el Dr Frankestein.


Estuve leyendo últimamente algunos libros acerca del Medioevo, una era de la humanidad que desde chico me ha fascinado, les puedo asegurar que no hemos avanzado demasiado.


Estamos expuestos, no hay vuelta que darle, tal vez nos tendríamos que aislar en algun paraje de la serranía cordobesa para mirar las estrellas, matear en un vallecito a la vera de los Andes, perdernos en el multicolor altiplano de Purmamarca, o en alguna playa de las que aun quedan, no se…


Un lugar donde podamos seguir abrazandonos y besandonos sin pudor.


La verdad… no llego a comprender si todo esto es provocado, o es un accidente cientifico, o es simplemente la respuesta de la madre naturaleza a los agravios constantes a que es sometida.


Sin duda hay algo humano en todo el asunto.


Siempre digo que a la naturaleza no le importamos un carajo, eso esta mal? No, no esta mal, es así. La naturaleza hace su trabajo, está demasiado ocupada, los que no hacemos nada somos nosotros.


Ok! Nos aislaremos más, no iremos al colegio, ni al fútbol, ni a los conciertos.


Nos quedaremos en casa y nos comunicaremos a través de internet, hasta que un malnacido nos ponga un virus en la compu.


Nos mandaremos mensajitos de texto, con el ascéptico “ te mando un abrazo” o “te tiro un besito”.


Y cuando no haya nadie en las calles, y la paloma de la paz esté enjaulada en algún lugar secreto, escucharemos a los gritos el discurso de la presidenta que lleva puesta una corona de carton,


en ese momento, por favor compatriotas, hagamos cualquier cosa, pero no nos convirtamos en lo que perseguimos.



MM